Vía El Economista
La semana pasada, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) difundió un comunicado para destacar que “el incremento anual en la penetración de banda ancha fija en México es mayor que el promedio de los países de la OCDE”. Pues sí, eso es verdad, pero analizando los datos que reporta esa organización conformada por 38 países miembros, se cae en la cuenta que el desempeño de México está demasiado lejos de poder ser presumido como un buen dato.
De acuerdo con la información que el propio IFT provee a la OCDE, dicha organización reportó que para el cierre de 2022, en México había 19.87 suscripciones de banda ancha fija por cada 100 habitantes. Con esa penetración, nuestro país ocupa el lugar 37 de 38, solo superando a Colombia, que al cierre de 2022 tenía 17.61 suscripciones de banda ancha fija por cada 100 habitantes.
Lo primero que hay que decir, es que cuando uno se ubica en la parte más baja de la tabla, independientemente de lo que se mida, generalmente los crecimientos porcentuales que reporte se reflejarán en incrementos relativamente mayores que los que se observen para aquellos que se ubiquen en la parte alta de esa tabla, simplemente por las referencias contra las que se comparan los de los últimos lugares, que son relativamente bajas, y las de los primeros lugares, que son relativamente altas.
Así que si estamos en el penúltimo lugar en penetración de banda ancha fija, es normal que los incrementos porcentuales anuales que reporte la OCDE para México estén por encima del promedio de los 38 miembros. Lo que desde mi punto de vista no es normal, o no es prudente, es que la autoridad reguladora de nuestro país utilice esa información para tratar de transmitir la idea de que el desempeño de México es destacable y que además vamos en el camino correcto.
Para poner las cosas en contexto, hay que decir que de los 19 países que en 2022 tuvieron un incremento anual en la penetración de banda ancha fija mayor que el promedio de los 38 países miembros, nueve tuvieron un incremento porcentual anual igual o superior al de México. De esos, con excepción de Colombia, los otros ocho países tienen penetraciones de banda ancha fija mayores que las de México. Es decir, países que tienen mejores números en cuanto al porcentaje de suscripciones por cada 100 habitantes que nuestro país, también están creciendo más que nosotros, o sea, están por encima de México y se alejan de nosotros más rápido. Así que no hay mucho que presumir ahí.
Luego, cuando uno ve cómo se reparte a nivel de cada país la penetración de banda ancha, según el rango de velocidad a la que tienen acceso esas suscripciones, la preocupación sobre el desempeño de México se incrementa. En el caso de nuestro país, 80 por ciento de la penetración de banda ancha fija corresponde a suscripciones con velocidades de acceso menores a 100 Megabits por segundo (Mbps), mientras que en Chile, 93 por ciento de la penetración de banda ancha fija está vinculada con velocidades superiores a 100 Mbps.Peor aún, entre los cuatro países latinoamericanos miembros de la OCDE, para el rango de velocidad de acceso entre 100 Mbps y 1 Gigabit por segundo, México reportó al cierre de 2022 una penetración de 2.66 suscripciones de banda ancha fija por cada 100 habitantes, mientras que Chile, 20.79; Colombia, 8.50; y Costa Rica, 4.24. ¡No solo estamos entre los más lentos de la OCDE, somos el más lento de los cuatro países miembros de América Latina.
Ahora bien, ¿qué significan estos datos que ilustran que México no está creciendo al ritmo que sus pares de la OCDE y que además está rezagado en términos de las velocidades de acceso? Pues que, más que presumir desempeños que no son tan destacables, el IFT tiene todavía mucho camino por recorrer para promover el desarrollo del sector telecomunicaciones en México, porque hoy, a nivel de la OCDE, somos un país definitivamente lento en banda ancha.