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AVANCES Y MEJORAS POTENCIALES PARA EL DIMENSIONAMIENTO DEL ACCESO Y HÁBITOS DE USO DE LA CONECTIVIDAD EN MÉXICO


Julio Pilotzi

La publicación de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) en su edición del año 2022, elaborada por el INEGI en colaboración con el IFT, estima una contabilidad de 93.1 millones de usuarios de internet, cifra equivalente a 78.6% de la población de seis años o más conectados en México en 2022.

Una proporción de 91.0% del total de los internautas utiliza la conectividad a diario, una intensificación de 4.5 puntos porcentuales (pp) con respecto al nivel de 2019.

Un aspecto relevante que sin duda merece destacarse es la brecha en cuanto al uso del internet en nuestro país, según los rangos de edad. Por ejemplo, mientras que en el grupo etario de 18 a 24 años prácticamente todos se consideran usuarios de internet, con un nivel de adopción de 96.1%, en aquel de 55 años o más se alcanza una razón de acceso a la conectividad de menos de la mitad (47.6%), aunque con una marcada trayectoria al alza.

Al comparar con lo que se observa en otros países, es evidente que México tiene aún un buen trecho por recorrer. Por ejemplo, países como Corea del Sur (97.6% de la población conectada), Reino Unido (96.7%), Suecia (95.0%), España (93.9%) y EUA (91.8%) han logrado importantes avances en el objetivo de conectar a la mayor proporción posible de sus habitantes, de manera tal que prácticamente la totalidad de sus habitantes disponen de una conexión a internet. No obstante, son países que aún trabajan de manera sostenida en rediseñar políticas públicas para seguir avanzando en el propósito de conectar a más gente, pero a redes de alta velocidad.

Por otra parte, en su segmentación por ámbitos urbano y rural persiste una brecha significativa, aunque cada vez menor, en términos de la población conectada, al registrar coeficientes de adopción de internet de 83.8% y 62.3%, respectivamente. En este último se requiere acelerar los esfuerzos para hacer disponible la conectividad, al tratarse de un segmento de la población con mayores necesidades socioeconómicas, de cobertura y aprendizaje de habilidades digitales.

Por entidades federativas, mientras que Baja California (89.8%) Ciudad de México (89.7%), Aguascalientes (86.9%), Nuevo León (86.1%) y Sonora (85.9%) se aproximan a niveles universales de acceso a la conectividad entre su población, otras como Chiapas (56.7%), Oaxaca (62.5%), Guerrero (67.5%) y Michoacán (67.9%) registran un rezago sistemático y marcado con respecto al promedio nacional (78.6%). 

En torno a la disponibilidad de internet en el hogar, la ENDUTIH 2022 reporta una cifra de 25.8 millones de hogares conectados, es decir 66.4% del total tienen acceso a internet mediante una conexión fija o móvil. Esta última vía podría ser de conectividad irregular al no contar con saldo o recarga suficiente para acceder a internet de manera continua durante un mes. Especialmente, en un país en el que del total de líneas celulares (93.8 millones), 82.1% corresponden a un esquema de prepago en ascenso, con tan sólo un gasto mensual de $150.3 pesos al mes, monto que es limitativo en el acceso a herramientas, contenidos y aplicaciones disponibles en internet. 

En lo que toca a la conectividad móvil, 94.6% de los usuarios de telefonía celular disponen de un celular inteligente (smartphone). Entre éstos, una razón de 89.4% cuentan con datos móviles, aunque 90.9% y 78.6% de estos usuarios utilizan su smartphone para acceder a aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales, respectivamente. Mientras que tan sólo 32.4% los emplean para adquirir bienes o servicios y 28.5% para acceder a banca móvil, lo que advierte nuevas dimensiones de la brecha de conectividad, atribuibles a las capacidades de los dispositivos y habilidades digitales, por ejemplo. 

La publicación de la ENDUTIH constituye un barómetro del acceso a la conectividad en México que, si bien registra mejoras en su levantamiento, recopilación y entrega de resultados, aún se queda corta en sus alcances. Por ejemplo, carece de métricas acerca de la economía digital, su desarrollo y aprovechamiento, hábitos de uso de internet y ciberseguridad, calidad y satisfacción en la provisión de los servicios de conectividad. 

En virtud de lo anterior, el IDET considera que resulta necesario un rediseño en la forma en que el INEGI y el IFT recopilan información relativa precisamente a los niveles de conectividad que se registran en nuestro país, porque se corre el riesgo de que muy pronto la Encuesta que hasta hoy realizan conjuntamente dichas autoridades quede obsoleta y pierda su eficacia como instrumento relevante para la generación de políticas públicas que persigan el abatimiento de la brecha digital que aún persiste en todo el país y que se agudiza en algunas entidades federativas. 

Prueba de la obsolescencia de la ENDUTIH es la generalidad y rezago de su dimensionamiento, la cual no captura la inclusión y uso de aplicaciones y herramientas digitales que registran un incesante avance entre la población en México, las capacidades disponibles de redes y dispositivos de conectividad. Un área de oportunidad por ejemplo es que a través de la ENDUTIH tanto autoridades como ciudadanos en general podamos conocer las velocidades a las que se conectan los usuarios, según lo hagan a través de redes móviles o fijas, en zonas urbanas y rurales, así como por deciles de ingreso.

En otros países, encuestas como la ENDUTIH incluyen variables como lo son la disponibilidad de equipos de realidad virtual u objetos conectados y consecuentemente usuarios de ‘Internet de las Cosas’ (IoT por sus siglas en inglés), el tipo (ADSL, cable o fibra), tráfico y velocidad de conexión a internet disponible en el hogar, uso de aplicaciones de gobierno digital, búsqueda de empleo, teletrabajo, comercio electrónico, economía colaborativa, contenidos audiovisuales, entre otras.

Solo de esa forma, tanto autoridades, como operadores, inversionistas e investigadores podrán conocer con mayor precisión sobre las oportunidades para llevar más infraestructura de banda ancha a determinadas regiones o mejorar la velocidad de acceso en otras.

Para este propósito sería de enorme relevancia que el IFT lleve a cabo una revisión de lo que debe considerarse como “banda ancha” en México, independientemente de los umbrales mínimos que aún mantiene la Unión Internacional de Telecomunicaciones, de la misma forma que algunas naciones lo han hecho al incrementar la velocidad mínima que puede ser reconocida como banda ancha.

Para el IDET, la publicación de la ENDUTIH debe ser un análisis profundo y multidimensional del acceso y el aprovechamiento de la conectividad en nuestro país. Por ello, invita a que las entidades involucradas elaboren más y mejores estadísticas que permitan conocer sobre la disponibilidad y uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) entre los individuos, hogares e industria en México, que permitan contar con un panorama completo, en línea con ejercicios insignia realizados a nivel internacional, como es el caso de la “Encuesta sobre la difusión de las tecnologías de la información y la comunicación en la sociedad francesa” de Francia

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