2020.08.07
Vía La Razón México
Una consecuencia de la pandemia del coronavirus de la que no se ha hablado mucho es que vino a acelerar el uso de la tecnología para poder conectarnos entre nosotros. Desde llamadas y videoconferencias para desahogar temas laborales, trámites en línea, hasta saludar a nuestros seres queridos.
Las empresas de telecomunicaciones y las aplicaciones tipo Skype o Zoom ya eran una necesidad cotidiana para estar en comunicación. Con el confinamiento que se ha tenido a nivel mundial estas mismas empresas ahora son indispensables. Ahí están las valuaciones de firmas como Apple o Google.
Aquel que tenga un buen equipo terminal, una buena y rápida conexión a Internet y una aplicación moderna, será el que mejor aproveche la situación que nos aqueja para estar en mayor contacto con el exterior y permitirse seguir inmerso en el mundo.
Lamentablemente en México no todos tienen la misma oportunidad de estar conectados. Según datos del Inegi, dos de cada 10 mexicanos no son usuarios de Internet y 4 de cada 10 hogares no tienen conexión.
Esta disparidad crece con la pobreza. El 45 por ciento de la población en el estrato económico bajo es usuaria, contra 92 por ciento del alto. Y la razón por la que no cuentan con computadora o un teléfono inteligente es porque no tienen dinero para comprarlo. En zonas urbanas, el 65.5 por ciento de los hogares tiene conectividad, contra 23.4 por ciento en áreas rurales.
Con la pandemia la gente con recursos intensificará el uso de dicha tecnología, mientras que los niveles socioeconómicos más bajos se rezagarán todavía más.
En pocas palabras, la llamada brecha digital se va a profundizar en nuestro país. La exclusión digital deja sin las mismas oportunidades de educación, salud, servicios financieros, servicios públicos y hasta de entretenimiento; lo cual sólo agrava la situación de pobreza en la que ya viven millones de mexicanos.
Hace unos cuantos días tuve que realizar un trámite personal ante el IMSS. A pesar de que tuve que asistir a una ventanilla, si previamente no hubiera contado con una computadora y una conexión a Internet, simplemente no lo hubiera podido realizar. Este ejemplo habría que multiplicarlo por millones en nuestra vida cotidiana. El México de los desequilibrios parece todavía lejos de desaparecer y la pandemia los vino a acentuar.
Cambiando de tema. Esta semana se firmó un acuerdo entre gobierno y la TV privada que permitirá llevar la educación a más de 30 millones de niños y jóvenes. La acción se enmarca en la política de responsabilidad social que Grupo Televisa viene practicando desde hace mucho tiempo. El canal educativo a través del cual transmitirá Televisa será el 5.2, producto de la digitalización, que tiene 62 estaciones del Canal 5, y que cubre el 90% de los telehogares del país.
