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Inteligencia competitiva / La aritmética de la banda ancha

Ernesto Piedras
El Economista

Sin duda, uno de los segmentos de mayor dinamismo en las telecomunicaciones mexicanas es la banda ancha, que en sus dos acepciones, tanto fija como móvil, mantiene tasas de crecimiento a dos dígitos; la fija crece actualmente a un ritmo de 14%, alcanzando 14.4 millones de conexiones en la primera mitad del 2012, que representan una penetración de 12.5 por cada 100 habitantes. Por su parte, la diversificación de servicios móviles ha permitido un destacado crecimiento de la banda ancha móvil, sumando 9.7 millones de usuarios en lo que va del año. Su crecimiento de 73% luce tan mayúsculo porque viene de niveles nimios, a la vez que destaca la creciente adopción del servicio entre la población mexicana, superando 10% de las líneas móviles totales.

También es observable que su peso en los ingresos de los operadores es importante, obteniendo cada vez una mayor participación dentro de los servicios empaquetados. En la actualidad, representa más de una cuarta parte de los ingresos de los operadores que ofrecen sus servicios, tanto móviles como de manera convergente, y es de esperar que esta proporción alcance 38% en los siguientes dos años.

La banda ancha fija representa 45.6% de los ingresos por este servicio en el país y, aunque ha cedido parte de su participación a las telecomunicaciones móviles, ha ido adquiriendo un mayor peso en los ingresos de operadores conforme aumentan sus velocidades y calidad del servicio. Los ingresos de banda ancha fija representan casi 30% de los ingresos totales, tanto del segmento fijo como de los operadores por cable. Por su parte, los ingresos de la banda ancha móvil superan a los de su contraparte fija, representando más de la mitad de los ingresos generados por el servicio y sumando 28% de los ingresos móviles.

¿Cuánto suman 14.4 ?más 9.7?

Hablando en términos de usuarios, es importante indicar que el número de internautas en México alcanza 43.1 millones, que representan una penetración ligeramente superior a un tercio de la población mexicana. Adicionalmente, al considerar los medios de acceso para esta tecnología, es posible observar que sólo 36% de los hogares en México tiene computadora y 24% cuenta con Internet. Este preocupante resultado revela la falta de acceso a servicios tecnológicos que vive la población mexicana, lo que se traduce directamente en una merma en la productividad, tanto de la industria como de la economía en su conjunto.

Es precisamente aquí donde surge un interesante ejercicio de aritmética de las telecom, ya que la suma de accesos totales de banda ancha en el país, fijos más móviles, no necesariamente implica una relación lineal acceso-usuario. Es decir, que 9.7 más 14.4 no suman 24.1 millones de accesos disponibles para toda la población. Como en muchas otras esferas de la vida nacional, el tema de la iniequidad de la distribución afecta en el campo de la conectividad de banda ancha.

En primer lugar, es posible suponer, tanto por el acceso a la tecnología, el NSE o la disponibilidad de ingresos, que los 9.7 millones de usuarios de banda ancha móvil cuentan también con una conexión fija en sus hogares, escuelas o trabajos. Así, podríamos considerar que 9.7 de los 14.4 millones de accesos fijos se reparten entre los mismos usuarios que cuentan con banda ancha móvil, dejando solamente 4.7 millones de conexiones para el resto de la población.

Ahora bien, si descontamos de los 43.1 millones de internautas que hay en México a los 9.7 millones de afortunados usuarios que cuentan con plena conectividad; es decir, una banda ancha móvil más al menos una fija, nos quedan todavía 33.4 millones de usuarios que deben repartirse los 4.7 millones de conexiones restantes. Este resultado nos da una relación de siete usuarios por conexión y sólo considerando a los internautas.

Este simple ejercicio de aritmética pone de manifiesto la realidad de la banda ancha en México. Para empezar, dos terceras partes de los mexicanos no cuentan con la posibilidad de tener conectividad de manera regular. De ahí, los más de 33 millones que sí desean mantenerse conectados pero no tienen los medios para hacerlo de manera personal deben compartir el acceso con otros seis usuarios en promedio.

Lamentable, ¿no?

Por su parte, prácticamente, todas las empresas de telecomunicaciones ofrecen algún servicio de banda ancha y el importante crecimiento en la participación de sus ingresos destaca la gran oportunidad de negocio que representa para los operadores. Sin embargo, este crecimiento no será suficiente sin un marco regulatorio que garantice el acceso generalizado de la población.

No podemos olvidar que la gran mayoría todavía no cuenta con acceso a estos servicios, situación que pone de manifiesto la urgencia de una política regulatoria para el impulso de esta tecnología, que ofrece la oportunidad de dar el salto tecnológico en la conectividad de los mexicanos

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