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Espectro / Telecom 2013

Javier Tejado

Reforma

El primer semestre del 2013 debería ser el momento para relanzar al sector de las telecomunicaciones después de que varios lustros se han perdido en disputas jurídicas, errores regulatorios y decisiones muchas veces improvisadas.

Las telecomunicaciones son clave para que avance el País. Esto pues permite a los ciudadanos, empresas y al Gobierno estar conectados e implementar todo tipo de mejoras: videoconferencias; e-mail; telemedicina; transacciones financieras; educación a distancia y hasta pagos por medio de celulares. Pero también, dado que es una industria intensiva en capital, sus inversiones podrían ser un importante motor económico para el País. Actualmente, y a pesar de ser un sector complejo, ha venido creciendo tres veces por encima del Producto Interno Bruto.

Los retos que tienen la actual Administración y el Congreso son dos: emparejar la cancha para que exista una sana competencia y no perder los precedentes judiciales que se han construido.

Estos dos retos suenan más sencillos de lo que son. Emparejar la cancha en materia de telecomunicaciones implica, ante todo, cuidar las resoluciones tanto de la Cofetel como de la Cofeco. Es increíble, por ejemplo, que México, con operadores teniendo el 70 por ciento del mercado telefónico, estos no hayan podido ser declarados dominantes por Cofeco, a 18 años de estar en vigor leyes justo para ello. Lo que ha llevado a que mecanismos de regulación no hayan sido aplicados en México. Y es que mecanismos como la regulación asimétrica han probado lograr equilibrios en toda Europa, pero sobre todo, es lo que permite a los consumidores disfrutar de mejores opciones y servicios de calidad.

La falta de certeza jurídica en el sector, a la par de tener que competir con un operador tan grande y sin contrapesos, como lo es Telcel-Telmex, también ha hecho que ningún operador extranjero arriesgue invertir en México. En las pasadas licitaciones de telefonía móvil, a pesar de un cabildeo serio de varios funcionarios por atraer inversiones nuevas, ninguna empresa extranjera quiso venir a México. Así, declinaron venir empresas como China Mobile, Vodafone, Deutsche Telekom, 02 o Verizon. De tal forma que los postores fueron los mismos que ya estaban en el País: Telcel, Telefónica, Iusacell y Nextel.

Esto afecta, desde luego, las inversiones que se hacen en el País y el empleo que se genera. Un dato no menor es que ya el grueso de la inversión en el sector telecomunicaciones lo hacen las pequeñas empresas. Esto es, la inversión en 2012 fue de 4 mil 300 millones de pesos, de ésta el 60 por ciento fue hecho por las empresas que detentan el 30 por ciento del mercado, mientras que las empresas dominantes que tienen el 70 por ciento del mercado apenas invierten un 40 por ciento en el sector. Sencillamente, los grandes ya no tienen incentivos para invertir en un mercado que controlan, mientras que los pequeños tienen que estar invirtiendo para sobrevivir y no perder las inversiones que ya han hecho. Mientras esta tendencia no cambie, el sector no se va a mover a favor de la competencia y de los usuarios.

Las ideas que se han expuesto dentro del Pacto por México parecen tener la intención de acotar viejos males. En particular la creación de tribunales especializados y un marco jurídico más favorable a la competencia son medidas que se deben alentar. Cuidando que una nueva legislación no anule los precedentes judiciales que a lo largo de los últimos años se han venido sentando con bastante dificultad.

Cambiando de tema…

Llamó la atención la critica que el presidente de Cofetel, Mony de Swaan, hizo al Congreso (y a la SHCP) por el presupuesto que para el 2013 se le asignó. Argumenta que no podrá cumplir varios aspectos regulatorios, en particular la transición a la TV digital (TDT). Efectivamente, el Presupuesto de Egresos de la Federación tiene a la Cofetel como la única entidad gubernamental a la que se le dio menos presupuesto que en 2012.

La reducción presupuestaria se debe quizás a las múltiples denuncias administrativas que sobre el ejercicio de recursos en la Cofetel se han hecho en los últimos meses. Además de que parece absurdo que se queje de la falta de recursos para la TDT cuando no hay constancia alguna que los haya solicitado al Congreso.

Es un hecho que en este tema no se le puede imputar al Congreso -ni a la industria que ya tiene cubierto el 73 por ciento del País con transmisiones digitales- la falta de una conducción ordenada del proceso. Valdría la pena que la Cofetel y en particular su presidente asuman su responsabilidad para acompañar el esfuerzo de los que ya están invirtiendo y avanzando en la implementación de la TDT. Mientras tanto, la opacidad continúa en la Cofetel. El último día del año renunció intempestivamente la Coordinadora General de Administración de la Cofetel, justamente la funcionaria que había señalado irregularidades en el proceso de adquisición de 200 mil decodificadores de TV digital para Tijuana, ciudad que debiera tener pura cobertura digital para abril del presente.

 

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