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Historia de un apagón

Roberto García Requena/ Ovaciones

El fallido apagón analógico realizado en la ciudad de Tijuana, Baja California, el pasado 28 de mayo fue postergado para después del proceso electoral celebrado este domingo. Y digo fallido pon 1) las protestas de la ciudadanía; 2) el desconocimiento del tema por parte del alcalde Carlos Bustamante; 3) la petición formal que hizo el Instituto Federal Electoral (IFE) para reagendar la fecha del apagón para después del 7 de julio; 4) la aceptación del propio jefe de la Unidad de Radio y Televisión de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), Fernando Borjón, en el sentido de que 14 mil familias se habían quedado sin servicio; 5) los problemas que enfrentó previamente la empresa Teletec para distribuir decodificadores en más de 200 mil hogares; 6) la falta de una estrategia de comunicación social para informar a la población de lo que estaba por suceder.

Después de estos incidentes el Pleno de la Cofetel decidió posponer la fecha del apagón en Tijuana para el próximo 18 de julio. Las televisoras tuvieron que volver a prender nuevamente, en cuestión de horas, su señal analógica, a efecto de no dejar sin servicio a una buena parte de la población. Hasta aquí la historia parece de terror, o en el mejor de los casos una comedia, por la falta de planeación en la ejecución de esta política pública para la innovación tecnológica en la radiodifusión del país.

El día 30 de mayo (dos días después del fallido apagón) escribía en este mismo espacio que se seguían vendiendo televisores analógicos en almacenes de Tijuana, lo cual representaba un engaño al consumidor dado que estos equipos ya no servían para nada. También en este espacio, insistentemente desde hace meses, incluso años, he escrito sobre la necesidad de que se publicara una norma oficial mexicana (N0M) para evitar la comercialización de televisores analógicos en el país en aras del inminente apagón analógico y la digitalización de las señales de televisión.

Finalmente, este viernes se publicó un proyecto de N0M192 para evitar la comercialización de teles analógicas. Demasiado tarde. Todavía habrá que esperar 60 días naturales para recibir comentarios por parte de interesados. El colmo del proyecto es que establece que una vez publicada la versión final de la N0M192 los televisores analógicos podrán todavía ser vendidos durante 30 días. O sea, el consumidor, con conciencia y participación de la autoridad, podrá ser engañado durante otros 30 días si es que compra una tele con estas características. Seguramente la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) tendrá algo que decir a este respecto. Si retiraron hace unos días roles de canela Bimbo por contener publicidad engañosa en el empaque, no me quiero imaginar lo que la Profeco haría para evitar que el consumidor compre algo inservible como lo es una tele analógica.

Correo electrónico: [email protected]

 

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