Salvador Guerrero | El Sol de México | 18 de enero de 2016.
El más reciente análisis de la consultora especializada The Competitive Intelligence Unit (CIU) muestra que si bien en México 53.9 por ciento de la población tiene acceso a internet, la realidad nos ubica como un país que no tiene un óptimo aprovechamiento del uso de la web, aunado a que existe rezago en materia de adopción de Banda Ancha Móvil (BAM), donde solo el 27 por ciento de la población tiene acceso a esta, lo que implica el actual contraste en materia de conectividad existente en el país.
En su análisis, CIU sostiene que el limitado alcance y la aún persistente brecha de la conectividad en México, deriva en dificultades para aprovechar plenamente los avances tecnológicos. Sin embargo, aunque la promoción de la conectividad universal es un factor necesario para detonar el desarrollo y reducir la desigualdad, su aprovechamiento efectivo es fundamental para alcanzar mayor crecimiento, tal y como lo señala el Banco Mundial (BM) en su reporte de desarrollo Dividendos Digitales.
El BM también alerta que dichos beneficios no siempre se trasladan a la sociedad en su conjunto y que incluso, su acceso podría aumentar la desigualdad.
Asimismo, sostiene que el acceso a internet estimula el desarrollo a través de tres mecanismos: La inclusión, en el cual las tecnologías digitales permiten reducir el costo del flujo de información; a través de la innovación con el lanzamiento de plataformas de comercio electrónico que aproximan a consumidores y oferentes en los mercados y finalmente la eficiencia que permite el abaratamiento de transacciones e intercambio de bienes y servicios en términos de tiempo y costos, a la vez que la conectividad promueve la productividad de las personas.
Estos contrastes se dan porque la institución argumenta que la eficiencia que deriva de las tecnologías digitales depende de los complementos analógicos, es decir, de las habilidades humanas que se entrelazan con los procesos de automatización.
De esta forma, señala CIU, si bien los niveles de conectividad ya llegan a una buena porción de la población, también se puede hablar de un México conectado disfuncional, el cual puede contar con una conexión a internet, pero que no aprovecha su potencial para incrementar su productividad, para interactuar con el gobierno o para participar en el mercado laboral desde las redes sociales, bolsas de trabajo digitales, entre otros aspectos.
Como lo señala el BM, el hecho que 40 por ciento de la población mundial acceda a internet es relevante, pero se debe hacer lo posible para que una nueva subclase social no surja a partir del aprovechamiento desigual de sus beneficios.
Los países que cuentan con mayor adopción tecnológica y mejor capital humano son los registran ingresos más elevados, mientras que la situación contrasta con las naciones más pobres. En otras palabras, una combinación de brecha amplia de conectividad y limitadas habilidades humanas que complementan la automatización, resultaría en un menor ingreso y por tanto, se reducirían las oportunidades de desarrollo.
Mientras que el coeficiente relativo al servicio de Banda Ancha Móvil (BAM) es de 27 por ciento de la población, cifra que incorpora una enorme disparidad de adopción entre niveles socioeconómicos. Al respecto, la brecha de adopción de la BAM equivale a 71 puntos porcentuales de penetración entre los usuarios en niveles socioeconómicos más altos frente a aquellos más bajos. Ello dejando de lado que los dispositivos de acceso (smartphones) apenas llegan al 60 por ciento de los mexicanos.
