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Banco del Bienestar, Altán, dos ideas complicadas y caras

AMLO sigue sin enviar propuestas al IFT y a la Cofece

vía Crónica.

n el Banco del Bienestar aún enfrentan el reto de resolver el software que constituye el corazón de este banco de desarrollo. En 2020, una revisión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) estableció que el gasto por 64.5 millones de pesos para un software del Banco del Bienestar no había generado beneficios operativos para este banco de desarrollo. Esta columna tuvo acceso a información que indica que, después de dos años, esta situación no se ha resuelto.

El problema se agudiza ahora porque, de acuerdo con Gerardo Soria, presidente del Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones (IDET), el rescate de la empresa Altán anunciado por el gobierno federal estaría relacionado con la necesidad del gobierno federal de conectar a las sucursales del Banco del Bienestar. Una inyección adicional de recursos para la infraestructura de este banco que, para muchos, sí se está convirtiendo en un elefante blanco.

El gobierno del presidente López Obrador tiene las mejores intenciones de llevar servicios a la población de menos recursos, pero la dispersión de apoyos se ha enfrentado una y otra vez a la realidad: tenemos un país con un gran territorio en donde la creación de nueva infraestructura siempre ha sido un desafío.

Por ello, en otros gobiernos se optaron por varias vías:

1) La dispersión a través del sistema bancario comercial.

2) La firma de convenios con corresponsables bancarios, alternativa que estaba funcionando. Estos corresponsales tienen la obligación de resolver la conectividad, las terminales punto de venta y hasta los plásticos.

3) Los acuerdos de colaboración con entidades del propio gobierno federal como Telégrafos Nacional y Diconsa. Cuando se estableció en convenio con Diconsa, se observaron muchas complicaciones asociadas al manejo del efectivo. No se necesitaban cajeros automáticos sino aprovechar el efectivo que se generaba en la compra de la canasta básica en las regiones, en la compra y venta de semillas. En fin, soluciones locales a necesidades locales. ¿Qué sucedió con esos acuerdos más orgánicos? ¿En serio se necesitan inversiones tan costosas para atender a esta población?

La operación de un banco de desarrollo en zonas alejadas de los centros urbanos complica los desafíos que debería superar el Banco del Bienestar. Tendría que contar con un software eficiente, propio y que permitiera administrar millones de transacciones concentradas en la dispersión, en su mayoría. El crédito en el Banco del Bienestar se enfrenta ya a problemas de pagos, un fenómeno natural en medio de la pandemia. ¿Vale la pena esta inversión? El tiempo lo dirá pero, sin duda, duplicar la infraestructura existente, asumir que el gobierno puede y debe integrarse verticalmente para no depender de empresas privadas, impone también una nueva preocupación: ¿Cuál será la sustentabilidad de este gran proyecto, con muy buena fe, pero con grandes problemas? Vale la pena preguntarse si, en el futuro, se presupuestarán los recursos necesario para que siga operando esta gran infraestructura de sucursales, telecomunicaciones y cajeros automáticos.

La operación de los bancos que precedió al Banco del Bienestar vivió momentos muy bizarros. Le cuento: traslado de dinero en efectivo en camionetas que llevaban el papel moneda a sus sucursales, lo cual resulta totalmente normal en los sistemas de pago. El problema, sin embargo, es la cobertura social que constituye el principal mercado de esta institución.

Para llegar a comunidades alejadas, el traslado de efectivo requería la custodia de valores. Otro costo asociado además de los frecuentes asaltos.

Incluso, le cuento que, para apoyar emocionalmente a los trabajadores de este banco, en el sexenio pasado se tiene registro de contratos que se adjudicaron de manera directa para que el personal participara en talleres tipo mindfulness dirigidos a manejar el estrés y las crisis ante los asaltos y las presiones generadas de una operación sumamente complicada.

En fin, el Banco del Bienestar es un gran sueño que podría complicarse.

Banco Azteca no va por Banamex

El presidente del Grupo Salinas y fundador del Banco Azteca, Ricardo Salinas Pliego, dio a conocer a través de sus redes sociales que, después de realizar un análisis pormenorizado de las condiciones en las que – según sus asesores – se encuentra Banamex, decidió no participar en el proceso de compra que abrió el grupo estadounidense.

Salinas Pliego aseguró que, en cambio, invertirá en fortalecer Banco Azteca y competirá con recursos reforzados por el mercado mexicano.

Analistas del sector bancario advirtieron desde hace varios meses que para pujar por Banamex, Banco Azteca tendría que buscar deuda porque su estructura estaría limitada.

La otra observación que realizaron es que Citibanamex podría estar limitado en realizar alguna transacción con este grupo tomando en cuenta autorizaciones que debería emitir la autoridad bursátil de Estados Unidos. Por ejemplo, la SEC. 

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Gerardo Soria Gutiérrez Es abogado y consultor en derecho especializado en telecomunicaciones de México. Licenciado en Derecho, summa cum laude, por la Universidad Iberoamericana...