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Barreras a la Competencia en Telecomunicaciones

En otras palabras, a pesar de que en el 2020recibió el 59.5% de los ingresos del sector telecomunicaciones tan sólo invirtió una cuarta parte del total de las inverisones.

2021.10.25

Vía El Heraldo de México

En otras palabras, a pesar de que en el 2020recibió el 59.5% de los ingresos del sector telecomunicaciones tan sólo invirtió una cuarta parte del total de las inverisones.

La carencia de competencia efectiva en el sector de las telecomunicaciones en México se sigue acentuando, generando marcados efectos adversos sobre la disponibilidad, asequibilidad, uso y calidad de los servicios ofrecidos a los consumidores.

Una clara evidencia de ello es la reconcentración, en términos de ingresos, que está sufriendo el segmento móvil en el cual un solo operador, Telcel, ostenta 71.2% de los mismos al 3T-2021. Nivel similar al registrado hace más de 7 años al ser declarado Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T) en marzo de 2014 (72.8%).

En términos de márgenes de ganancias, medidos a través del EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, por sus siglas en inglés), el AEP-T registra un nivel de $29,961 millones de pesos (mdp) al 3T-2021, 8.8% superior en su comparativo anual y que contrasta significativamente con sus competidores al aportar prácticamente la totalidad (97%) del agregado del segmento que resulta al sumar el EBITDA de todos los operadores móviles.

Por si fuera poco, en términos de inversiones, del 2015 al 2020 el AEP-T redujo su participación pasando de 48.3% del total a tan solo 25%. En otras palabras, a pesar de que en el 2020recibió el 59.5% de los ingresos del sector telecomunicaciones tan sólo invirtió una cuarta parte del total de las inverisones.

Aún con estos claros hechos, pareciera que el IFT está buscandodesregular al AEP-T pues recientemente le habilitó fijar libremente precios al AEP-T en el servicio mayorista de desagregación de la red local en 52 municipios del país, sin existir ningún indicador sectorial que apuntara a condiciones más balanceadas entre los competidores.

También, en distintas ocasiones, el AEP-T ha ostentado estar a punto de conseguir la autorización para ofrecer el servicio de TV de paga y transitar hacia una oferta convergente de cuádruple (telefonía fija, móvil, internet y TV de paga) o incluso quíntuple play (al incluir su plataforma de video bajo demanda por internet Claro Video). De suceder, se abriría una ruta en la que alcanzaría una participación sectorial de hasta tres cuartas partes medida en ingresos.

Por todo lo anterior, es momento de empezar a definir y fortalecer obligaciones hacia el AEP-T que incentiven el despliegue de infraestructura en zonas sin cobertura y promuevan la transición a redes de nueva generación.

Es importante que el IFT verifique el cumplimiento efectivo de las medidas de compartición de infraestructura pasiva y desagregación de la red local. Finalmente, es fundamental negar la entrada del AEP-T al mercado de TV de paga, ante riesgos de concentración de mercado y posibles aumentos de precios en todos los servicios de telecomunicaciones que consumen los mexicanos.

Si llevamos 7 años de una infructuosa regulación asimétrica, quizás es momento de que el Instituto empiece a contemplar la separación estructural del AEP-T como un remedio, de una vez por todas, para la concentración que está viviendo el sector. De no hacerlo, van a condenar al país a condiciones subóptimas en la prestación de los servicios, con sus consecuentes efectos negativos sobre el bienestar del consumidor.

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