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¿Si tiene caso de negocios la banda mayorista?

Esa es la pregunta que se hacen todos los operadores móviles de la red (MNO) incluyendo a Daniel Hajj, que dirige América Móvil, y Carlos  los FNO (en México no hay Future Network Operators, salvo los interesados en la red mayorista) y los Operadores Virtuales Móviles (MVNO) y no es porque carezcan de información, sino porque hay un faltante de información entre ellos sobre el modelo de negocios de la red compartida que ha construido el equipo de la subsecretaria de Comunicaciones de la SCT, Mónica Aspe.

La banda tiene más atractivo para los que están en México y los que no saben aún cómo montarse en el impresionante negocio de las comunicaciones convergentes y contenidos multimedia, que en externos, porque su implementación debiera de facilitar la interconexión de redes, su interoperabilidad y confiabilidad, y disminuir al mismo tiempo su necesidad de capital de inversión.

Al garantizar la red la explotación de los 90 Mhz de espectro contiguo y no comprometido (limpio) de 700 Mhz, a precio de 0.02/Mhz-Pop, casi cero y muy por debajo de su costo global comparable, más los inmuebles del gobierno federal a precios estables para subir antenas, y el cableado de la red eléctrica, de cerca de 20 mil kms., es ecalable e iluminable, y lo que se propone al mercado es una política integral de racionalización de la infraestructura pasiva disponible.

Ahí está el negocio para quien la opere y para quien decida subirse a la red, empezando por América Móvil, AT&T y Telefónica, con sus antenas y cables, y aunque para efectos de la concesión se constituye una Asociación Público Privada, encabezada por Fernando Borjón, en el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones, esta no operará red ni formará parte de su administración.

El ganador generará sus ingresos de la venta de capacidad a los operadores existentes, entrantes y virtuales,  porque es un operador privado más, el gobierno federal no participa como accionista y no estará involucrado en el diseño, operación o comercialización de la red, salvo vigilar que se cumplan las condiciones de cobertura en el tiempo establecido y no habrá forma de no alcanzar las zonas donde la huella de telecomunicaciones actual no existe o es mínima, incluyendo, ¿por qué no?, tender un cable submarino de fibra óptica en el Pacífico y el Mar de Cortés.

Es un caso de negocios que no ha quedado claro, porque los más interesados debieran ser los operadores establecidos, incluyendo a Telcel, AT&T México, que dirige Thadeuss Arroyo, y Telefónica, que dirige Carlos Morales, y aunque en conjunto los operadores han anunciado inversiones por 10 mil millones de dólares (sin considerar compras de AT&T México), ésta podría ser inferior para los siguientes tres años, ya que la red como está propuesta tiene el potencial de sustituir parte de las inversiones y permitir a los operadores (carriers) reducir sus requerimientos de inversión para modernización y tendido de la red LTE, mientras el país se evita redundancias de infraestructura, en las que está concentrado el mercado.

Si se les quita un poco la miopía, el desafío está en el IFT, que preside Gabriel Contreras, pues mientras no haya claridad en los modelos de costos para compartir infraestructura con el agente preponderante ni tampoco se den a conocer tarifas para la desagregación del bucle, podrían pasar más años y todos seguirán adoleciendo de lo mismo.

Una infraestructura enterrada que cobra carísimo a su propia filial de telecomunicaciones y los otros construyendo a paso de hormiga y sufriendo el efecto de los dos principales costos del sistema: obtener el derecho para instalar la infraestructura y construirla, para luego darse cuenta que en menos de dos años se tiene que modernizar.

Esos dos elementos están en la propuesta presentada al mercado, inclusive para América Móvil, porque 0.85 por GB, es considerablemente inferior al que se provee de capacidad entre sus redes, lo que hace un sentido de negocio claro el compartir la infraestructura y desagregar el bucle.

Para quien llega, el negocio es simple. Sus costos equivaldrían a 10% de los que hoy tienen al explotar las bandas de 800 Mhz, 1.9 Ghz y 2.1 Ghz, tan bajos que los incumbentes y presentes tendrán que comprar capacidad ¡so pena de perder mercado, penetración y eficiencia en LTE Advance!

¿Sabe cuál es el problema de fondo? No se ven sin red, sin la carga de administrar una red y sólo comprar capacidad, no se ven dependiendo de comprar al mercado mayorista ni se ven dibujando su negocio sin la carga de arrastrar la infraestructura ni se ven en desarrollando alternativas innovadoras de contenidos y aplicaciones OTT locales ni se ven como agentes disruptivos en el mercado de las telecomunicaciones. ¿Miopía? No, tal vez falta de información.

Mañana le detallo lo rentable que será para el mayorista, porque la Tasa Interna de Retorno para 2023 con cobertura de 85% da entre 35 y 45 por ciento. ¿No es negocio?

DE FONDOS A FONDO

De plácemes en la Amfe, que preside Enrique Bojórquez, por la integración de tres sofomes: GT Credit, filial de Grupo Tampico, y Servicios Financieros del Guadiana, así como TenMas, crédito para vivienda y gestora de financiamientos.

La Amfe y la UP firmaron un convenio de capacitación especializada, pionero en el sector financiero, para la actualización profesional del personal y directivas de las sofomes.

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