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¿Traicionaron a Meade y a Anaya?

Esto también refleja que con las encuestas de los días previos a la jornada electoral hubo un intenso cabildeo político para beneficiar a López Obrador.

2018-07-03

1.- Las coaliciones traicionaron a sus candidatos presidenciales: analizando el voto que los partidos Nueva Alianza (NA), de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y Verde Ecologista de México (PVEM) obtuvieron de manera individual para el Congreso de la Unión, y comparando esto con lo que cada uno de ellos aportó a su respectiva coalición presidencial, es claro que hubo un voto diferenciado y hasta operado a favor de Andrés Manuel López Obrador y no para su respectivo candidato, fuera este José Antonio Meade o Ricardo Anaya. Así, los “votantes” de los partidos chicos de las coaliciones perdedoras votaron por su rival (AMLO), como se ve a continuación:

No se explica de otra manera la votación —tan consistentemente diferenciada— entre cada una de las elecciones. Esto también refleja que con las encuestas de los días previos a la jornada electoral hubo un intenso cabildeo político para beneficiar a López Obrador. Digamos que ningún partido chico quiso pelearse con él, al contrario, decidieron ayudarlo en la elección de este primero de julio. (* cifras con corte del PREP a las 18:30 horas de ayer). Incluso, ya podemos decir que la estrategia del “voto útil” únicamente favoreció al candidato de Morena.

Esto da como resultado que José Antonio Meade y Ricardo Anaya hayan sido, electoralmente, los peores candidatos en la historia de sus respectivos partidos y coaliciones. Ambos fueron “abandonados” por su respectiva coalición.

Este hecho hace poco probable que las coaliciones tengan viabilidad, tal como funcionan ahora, para elecciones futuras. Está claro que la alianza con partidos pequeños fue perjudicial tanto para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como para Acción Nacional (PAN), pues el costo electoral de ceder candidatos a diputados y senadores a costa de sus propios militantes fue muy alto, en comparación con el exiguo apoyo que recibieron de sus coaligados sus candidatos presidenciales. De igual forma, a Morena poco ayudó su coalición, pues por sobre-representación perderá legisladores frente al Partido del Trabajo (PT) y al Partido Encuentro Social (PES).

2.- Partidos ‘expulsados’: todo apunta a que el PES y NA perderán su registro nacional al no obtener el 3% que se les requería como mínimo en alguna de las elecciones federales. La paradoja es que Encuentro Social tendrá por mayorías 55 diputados federales y 8 senadores. O sea, no habrá partido nacional, pero sí grupos parlamentarios con millonarios recursos.

De igual forma, la figura de legisladores independientes no concretó un solo ganador en las elecciones federales.

3-. Súper mayoría en el Congreso: López Obrador tendrá mayoría absoluta (50% más 1 legislador) tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, con lo que le será muy fácil actualizar el marco legal del país, de así requerirlo.

De continuar con el apoyo que ya le están brindando PRD, MC y PVEM, puede estar muy cerca de obtener las 2/3 partes del Congreso, con lo que con sus partidos aliados podría modificar la Constitución y hacer los nombramientos que van desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hasta el Banco de México, el Fiscal General y el Fiscal Anticorrupción e incluso hasta los de los órganos autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la Comisión de Competencia Económica (Cofece) o el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). En San Lázaro, se podrán aprobar los nombramientos de nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE).

4.- El fideicomiso del sismo: la información bancaria a la que en el INE se tiene acceso, vía la Comisión de Fiscalización, deja ver una serie de triangulaciones para dar más de 70 millones de pesos a varios operadores de Morena. Su destino final está en duda. Es probable que venga una multa grande a Morena por este tema. La polémica en el Instituto es que hay quienes querían votar el asunto la semana pasada.

Será un caso similar al de Amigos de Fox o al Pemex-Gate, por uso de recursos indebidos en campañas, pero que se juzgaron después de la elección. PAN, PRI y Morena, todos, han hecho lo mismo y la autoridad electoral actúa hasta después. Claramente se necesitan más controles en el uso de recursos en efectivo y en la creación de fideicomisos por los partidos, además de revisar la fiscalización que hace el INE.

5.- Nueva geografía electoral: el corredor azul del PAN, en el Estado de México, ya es Moreno y de los 32 congresos estatales, 17 ya también serán para Morena. Es un tsunami federal, estatal y municipal. Esto también le garantiza la mayoría de los spots electorales para las elecciones de 2021.

6.- Los discursos: López Obrador cuidó mucho las formas y los textos de sus primeros discursos y entrevistas. Eso habla de que no hay improvisación y ayer ayudó al buen desempeño de los mercados. Tiene bien coreografiado el detalle (por lo menos hasta ayer).

El otro que dio un gran discurso, y prueba de civilidad y honestidad, fue Meade al reconocer su derrota. Sobre todo, lo hizo ver humano. El PRI tuvo una gran derrota (por lo que dejó de trabajar y no compuso desde sus derrotas estatales en el 2015), pero la tuvo con un candidato que hizo una gran campaña y que deja al partido sin escándalos. Ricardo Anaya, luego de la salida de Meade, tuvo que conceder. Su discurso fue bueno, pero menos humanizado hacia sus colaboradores y familiares.

Ambos candidatos dieron una buena campaña. Ojalá la vida les depare éxitos y les permita recuperar el tiempo que no pudieron dedicar a sus familias durante la campaña. A los medios nos toca regresarles su privacidad.

Cambiando de tema… Roku: Increíbles las declaraciones de sus directivos y de su agencia de relaciones públicas: casi todos nuestros contenidos son legales. Esto es el equivalente a que un político dijera que sólo roba un poquito. Ah, eso ya lo dijo en Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, Layín.

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