Guillermo Montero
Diario de México
Se acerca la fecha para iniciar la transición a la televisión digital terrestre (TDT) y todavía no hay claridad ni para los televidentes ni para las televisoras.
Según la política publicada por la Cofetel, el apagón analógico inicia en Tijuana, en abril de 2013 y continúa dudad por dudad, hasta finalizar en 2015. Si un mes antes de la fecha del apagón analógico no se alcanza un nivel de penetración de 90% de la TDT, se deberá reprogramar.
A meses de sustituir las transmisiones de TV analógica por señales de TDT, no se sabe con exactitud cuál es la penetración de receptores de TDT, ni hay nada que garantice a quienes compren un televisor nuevo, que éste será capaz de recibir señales de TV abierta, una vez que cesen las transmisiones analógicas. En el ámbito internacional, el regulador de telecomunicaciones se esfuerza por lograr qué se prohíba la venta de receptores analógicos/obsoletos y contar con una metodología confiable de medición de penetración, incluso años antes de que se suspendan las transmisiones analógicas. Aquí no es así.
Aquí, el omnipresidente de la Cofetel, Mony de Swaan, cree que no se lograra la meta y en vez de hacer las cosas con tiempo, consenso y orden, se quiere poner el vendaje antes en la herida. En esta ocasión, engaña a la opinión pública y declara, en nombre de la Cofetel, que Televisa y TV Azteca frenan este proceso. Evidentemente no contó r como acostumbra- con la existencia de otros cuatro comisionados, quienes representan 80% del voto en la Cofetel y de inmediato descalificaron las declaraciones de Mony de Swaan.