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Ojos frescos

Federico González Luna Bueno
El Financiero

Parece que el proyecto de Convenio Marco de Interconexión seguirá dando mucho de qué hablar, lo que no sorprende si consideramos su importancia para el funcionamiento de las telecomunicaciones en México. La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) se ha sumado a la discusión y lo ha hecho con ojos frescos a través de comentarios que en ninguna forma deben caer en el olvido.

Todo empezó el 22 de junio de 2012, cuando la Cofemer recibió para revisión el anteproyecto de Convenio Marco de Interconexión (CMI), elaborado por la Cofetel. Inmediatamente después se generó polémica y expectación creciente. El 24 de agosto pasado la Cofemer emitió su dictamen total del documento.

La interconexión es la figura más importante de las telecomunicaciones, pues permite que el tráfico que generan los usuarios de una red pueda terminarse en la otra, al tiempo que posibilita que los usuarios puedan hacer uso de los servicios que ofrecen otras redes. Por la interconexión pasan la mayor parte de los pagos que entre sí deben hacerse los operadores de telecomunicaciones, y los costos asociados a ella son un componente determinante en la tarifa que se ofrece a los usuarios finales.

¿Por qué es tan importante el CMI? Porque, por increíble que parezca, en México existe muy poca regulación de la interconexión y la que existe trata parejo a todos los operadores, desconociendo realidades evidentes de tamaño, fuerza de mercado y capacidad económica. Esta distorsión y vacío pretende ser subsanada en alguna medida con el CMI.

El problema es que a pesar de sus avances, el CMI se ha quedado corto. Y eso es precisamente lo que dice la Cofemer.

Después de haber analizado los diversos comentarios, críticas y propuestas de 38 empresas, académicos y profesionistas, la Cofemer emite un dictamen total (no final) acerca del anteproyecto de CMI. A juzgar por su dictamen, es evidente que la Cofemer se percató claramente de las carencias del marco regulatorio mexicano y de la falta de correspondencia del CMI con tal dolencia.

La principal observación de la Cofemer se refiere a la inexplicable ausencia en el CMI de cualquier regulación en materia de desagregación de los elementos de la red; es decir, la desagregación de la última milla, que permite que los operadores no paguen por elementos de red que no necesitan para la adecuada interconexión.

Para sustentar su comentario, la Cofemer cita el caso de 20 países desarrollados (Alemania, Canadá, Francia, España, Japón, Corea, Polonia, Inglaterra, Noruega, etcétera) que han implementado la desagregación del bucle local. Lo más interesante del caso es que, como lo hace ver la Cofemer, fue una figura introducida desde mediados de los años noventa y principios de este siglo, no obstante lo cual en México aún seguimos discutiendo si se introduce o no, su justificación y un sinfín de cuestiones existenciales.

Lo grave de su ausencia en el CMI es doble: a) que se trate de un principio mandatado textualmente por la Ley Federal de Telecomunicaciones (43-II), y b) que a pesar de que el plan técnico fundamental de interconexión la contempla, éste ha sido combatido reiteradamente vía judicial, lo que ha debilitado muchas de sus disposiciones. Es decir, la ausencia de la desagregación de la última milla en el CMI implica que la Cofetel deje de lado el tema; si no consta ahí bien pueden pasar años antes de que se haga una realidad en nuestro derecho positivo.

Cofetel renunciaría a un mecanismo que, como le vino a recordar la Cofemer, viene a ser una de las mejores prácticas internacionales en la materia, indispensable para promover la competencia y los mejores precios a favor de los usuarios.

Lo más interesante es que la Cofemer no tiene interés particular en el tema de las telecomunicaciones; su posicionamiento es objetivo y no está contaminado por tantas añejas disputas. En los próximos días veremos qué responde la Cofetel y hasta donde está dispuesta a llegar.

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