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Los postulados de Cárdenas y López Mateos ¿son lo mejor para el México de hoy?

“La irracional reforma eléctrica, ¿una mera provocación?” que sirvió para comentar mis primeras reflexiones en torno a la iniciativa de reforma constitucional en materia del sector eléctrico

2011.11.16

Vía El Economista

En mi colaboración del pasado 5 de octubre, “La irracional reforma eléctrica, ¿una mera provocación?” que sirvió para comentar mis primeras reflexiones en torno a la iniciativa de reforma constitucional en materia del sector eléctrico, que apenas una semana antes había presentado el presidente López Obrador, anticipé lo siguiente: “…no debería extrañarnos que en realidad se trata de un cálculo perverso del presidente para que una vez que se haya materializado el rechazo de la oposición a su propuesta, construir la narrativa sobre una oposición conservadora que no quiso estar “del lado del pueblo” y que prefirió mantener un modelo que privilegia el saqueo, “en perjuicio del pueblo bueno”, aunque la 4T no pueda acreditar de forma seria y bajo estándares universalmente aceptados tales afirmaciones…”.

Lo anterior lo traigo a colación a propósito de los comentarios que el titular del Ejecutivo Federal realizó ayer en su conferencia mañanera sobre las advertencias que lanzó el bloque opositor en la Cámara de Diputados frente a lo que ya era prácticamente un hecho, la inminente aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2022. Concretamente, señaló “…si no aprueban la reforma eléctrica pues van a terminar de demostrar que no representan al pueblo, que representan a las empresas extranjeras y a los que han hecho jugosos negocios al amparo del poder público, van a afianzarse sí no aprueban la reforma eléctrica como buenos salinistas y van a terminar de darle la espalda no sólo al General Cárdenas, al presidente López Mateos…”.

Ya encarrerado, el presidente insistió con la figura que ha venido utilizando para generar animadversión de los mexicanos hacia el actual marco legal que regula la industria eléctrica, lo que paga un Oxxo. El presidente se empeña en satanizar que un Oxxo pague menos por la energía eléctrica que consume, proporcionalmente, que lo que pagan los integrantes de un hogar de clase media o de uno de clase popular. Ya se le demostró que las tarifas que pagan los hogares de menos recursos en este país son realmente bajas, incluso menores a las tarifas que señala que pagan los Oxxo en los comparativos que él ha utilizado en sus mañaneras, y que el comparativo mañoso que han publicitado él y los miembros de su gabinete si acaso es aplicable solo para el caso de los hogares más ricos de este país, los que pagan la tarifa DAC (De Alto Consumo), y que solo representan el 1.19% del total de los usuarios domésticos que atiende la CFE.

En otra colaboración sobre la reforma eléctrica, también comenté que en todo el mundo, usuarios como la cadena Oxxo, es decir usuarios comerciales, pagan normalmente tarifas más bajas que las tarifas que pagan los hogares. Solo en México la 4T está empeñada en torcer la lógica de las tarifas para grandes usuarios frente a las tarifas que pagan usuarios individuales de mucho menor tamaño, como son los hogares, para que, como en otros temas en los que se han metido a destruir lo que hasta ahora había construido México, inventar su propia lógica o su realidad alterna, contraria a la que es comúnmente aceptada en todo el mundo.

Al presidente no le gustó que le hayan anticipado con vehemencia que los diputados de la oposición no votarán a favor de su reforma eléctrica. Se empecina en advertirnos que votar en contra de lo que él propone es ir en contra de lo que querían los presidentes Cárdenas y López Mateos, pero, ¿a poco no vamos a debatir con seriedad si lo que ellos pensaban hace 60 u 80 años es lo representa el mejor camino para un México que ya enfrenta los desafíos que imponen el calentamiento global y el cambio climático en este Siglo XXI? El tema es demasiado serio como para que renunciemos a la idea de que haya un debate informado, bien documentado, con datos reales, de esos que ni la Secretaría de Energía o la CFE de la 4T publican de manera consistente en sus sitios de Internet.

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