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Banda Ancha / De impasse regulatorio

Roberto García Requena

Ovaciones

Después de aprobada por ambas cámaras del Congreso la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, este sector se encuentra en una especie de impasse, por lo menos desde el punto de vista regulatorio. Una vez que la mitad más uno de los congresos locales den el sí a la reforma ésta será promulgado por el ejecutivo y entrará en vigor. En tanto esto sucede la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) se mantiene como el órgano regulador del sector y continúa en funciones.

Sin embargo, la reforma crea al nuevo regulador, él Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), Se crea como un órgano constitucional autónomo con mayores facultades regulatorias que la todavía existente, pero ya feneciente, Cofetel. La integración del Ifetel así como la aprobación de la legislación reglamentaria que dé vida al mandato constitucional son dos tareas pendientes de la mayor importancia. De estos dos factores va a depender el éxito de la reforma en telecomunicaciones. Sin un Ifetel que cuente con comisionados probos, experimentados y con visión del sector, y/o leyes secundarias deficientes y tendenciosas, la reforma constitucional no servirá para nada.

Mientras tanto, las tareas realizadas por la Cofetel van a la baja. El nivel de actividad de sus funcionarios está disminuyendo gradualmente al saber que está a semanas de que la institución que representan desaparezca. Hay situaciones que todavía requieren de la mayor atención por parte de la Cofetel como lo es el caso del apagón analógico por ocurrir a finales de este mes en la ciudad de Tijuana. Pero por lo demás pareciera que estarán dedicados en esta recta final a integrar expedientes y libros blancos que heredará el Ifetel. Nada hace pensar que se tomarán grandes decisiones regulatorias en estos días.

La suerte de la mayoría de los funcionarios de la Cofetel no está echada y seguramente una buena parte de ellos permanecerá en el Ifetel. La reforma constitucional establece que todos los recursos de la Cofetel, entre ellos evidentemente los humanos, se transfieren al Ifetel. El servicio civil de carrera es algo que se debe de fomentar particularmente en órganos reguladores que necesitan gente con altos grados de especialización técnica. No hay que desperdiciar el conocimiento acumulado.

Este período de transición genera un vacío regulatorio. La Cofetel no termina de morir y el Ifetel todavía no cobra vida. Van a ser semanas de mucha expectativa en tanto se aprueban las leyes secundarías y nace el nuevo regulador.

Esperemos se acorte el tiempo lo más posible y que la regulación entre en una nueva dinámica que satisfaga las necesidades de un sector que no deja de evolucionar.

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