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AMLO y el CCE

Este miércoles pasado el Presidente López Obrador asistió a una comida que ofreció el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), y le tomó protesta a Carlos Salazar como nuevo presidente del organismo.

Al parecer muchos de los sinsabores creados entre el nuevo gobierno y la cúpula empresarial mexicana al inicio de la administración empiezan a quedar atrás, como lo fue la cancelación del NAIM. En la comida se vibró un ambiente relajado y lleno de entusiasmo entre ambas partes. Una luna de miel que inicia, se podría decir.

Los empresarios, en voz de Carlos Salazar, le ofrecieron coadyuvar con su administración para terminar con la pobreza durante el sexenio, y, además, que la inversión se convierta en una “obsesión” para poder crecer a tasas del cuatro por ciento anual. A su vez, López Obrador respondió con un “trato hecho” y les propuso a los empresarios que le ayuden a erradicar la corrupción.

Todo miel sobre hojuelas. López Obrador también comentó que va a replicar el modelo de inversión que utilizó cuando fue jefe de Gobierno de la CDMX. Dijo que por cada peso que invirtió su gobierno, la iniciativa privada invirtió 30 o 40 pesos. Ése fue el caso de la remodelación que hizo de Paseo de la Reforma, el Centro Histórico y los puentes de Santa Fe.

Es claro que AMLO entiende que sin la inversión privada no puede avanzar su proyecto de país, y también es claro que los empresarios entienden que lo más sano para todos es coadyuvar con el gobierno en turno en el crecimiento de la economía.

Ahora bien, por más buen ánimo que se tenga, éste se puede descomponer muy rápido si no hay un Estado de derecho que haga cumplir la ley. Las reglas deben de ser claras para todos y el hacerlas cumplir es el factor decisivo para que la inversión privada, nacional y extranjera, pueda fluir con naturalidad. La inversión no se guía por buenas intenciones, sino por oportunidad y certidumbre.

Cambiando de tema. Como se anticipó en este espacio, el regulador brasileño, CADE, finalmente aprobó la compra de Fox por parte de Disney, sujeto a que los canales deportivos locales de Fox Sports se vendan a un tercero. A lo que Disney aceptó.

Algo similar ocurrió en Estados Unidos, en donde el Departamento de Justicia autorizó la fusión, condicionada a la desinversión de los 22 canales deportivos de Fox en ese país.

En México, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) resolverá en el transcurso de las próximas semanas. Se espera una resolución parecida a la de sus pares internacionales.

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