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Más internet, menos petróleo

2020.04.28

Vía Dinero en Imagen

Después de la pandemia del coronavirus, los modos de producción en el mundo cambiarán, ya que las personas estarán desarrollando cada vez más actividades desde su casa, demandando más herramientas de videollamadas y comunicación en grupo, por lo cual el enfoque debe ser expandir la conexión a internet y producir más electricidad en lugar del petróleo, afirmó Manuel Molano, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

Destacó, en entrevista con Excélsior, que esta situación implicará una mayor declinación en el uso de los combustibles fósiles como el petróleo, tal como ha ocurrido en la actual pandemia.

Por eso el gobierno mexicano, en lugar de enfocarse en producir más crudo, debería centrar sus esfuerzos en aprovechar mejor las redes eléctricas, que podrían ser proveedoras de servicios de telecomunicaciones”.

Esto lo ha planteado el presidente López Obrador y debería centrar más sus esfuerzos ahí, en conectar a internet a todas las regiones del país, y la red eléctrica lo puede acercar a eso”, dijo.

Y las cifras del Inegi respaldan sus dichos: mientras el PIB del sector de extracción de petróleo ha caído 4.2% promedio anual entre 2004 y 2019, el de generación de electricidad se ha expandido 4.9% en ese periodo, y el de telecomunicaciones ha crecido 10.6%.

Para avanzar en el objetivo de mayor conexión a internet y mayor generación de electricidad, Molano expresó que se debe resolver el problema actual de que la infraestructura eléctrica la tiene la CFE, pero las atribuciones legales para telecomunicaciones las tiene Telecomm Telégrafos.

Haría más sentido que se fusionaran las dos cosas, de modo que la red eléctrica sea un competidor directo de empresas privadas de internet y telecomunicaciones”.

RENOVABLES

El experto del Imco comentó que, dado el lastre que ha significado el sector petrolero para la economía mexicana, “tenemos una estructura donde somos más consumidores que productores de energéticos. Y conforme avanza el mundo y México, estaremos necesitando más electrones que combustibles líquidos”.

Por esta razón, el especialista expresó que la apuesta energética del país debe centrarse en las energías renovables, que por sus costos ya son competidoras directas de los hidrocarburos.

Las renovables son energías que las puedo captar en donde se origine (sol, viento) y convertirlas en un electrón, no necesariamente tengo preservarla y transportarla, como en los hidrocarburos”.

Comentó que después de la pandemia, se abandonará el esquema de transporte de horas pico para moverse hacia los centros de trabajo, lo que implicará menor demanda de combustibles.

EL PETRÓLEO, UN DESTRUCTOR DE VALOR

En los últimos 15 años, la producción de petróleo y gas en el país ha sido un sector que ha lastrado el crecimiento económico de México, al punto de quitarle 0.4 puntos porcentuales promedio, cada año, al crecimiento del PIB.

Datos del Inegi señalan que, entre 2004 y 2019, la economía mexicana creció 2.1% promedio anual; y en ese mismo lapso, la producción de petróleo registró 15 años de caídas seguidas.

Con este comportamiento, la participación de la producción de crudo en el PIB pasó de 8.4% a 3.2% en ese lapso.

Excluyendo la producción de petróleo en el país, la economía mexicana no petrolera ha crecido a una tasa promedio anual de 2.5%.

QUE SEA RENTABLE

César Castro, académico de la Universidad La Salle, explicó a Excélsior que el mercado actual del petróleo con precios bajos anticipa que ni este año ni siguiente seguirá aportando valor a la economía, ya que no es rentable, razón por lo cual está lejos de convertirse en la “palanca de desarrollo” como lo ha planteado el gobierno mexicano.

El también consultor Máster de Grupo Darsi comentó que uno de los errores que se ha cometido en México, tanto en gobiernos previos como en el actual, es ver al petróleo como un tesoro del cual hay que extraer rentas, y no como un bien no renovable que está sujeto a condiciones del mercado.

Para ello, expresó que cada vez se hace más necesario involucrar más al sector privado en las cadenas de valor, a través de los esquemas de compartición de riesgos y de contratos que introdujo la reforma energética, y con el fin del que el Estado se dedique más a la regulación y al cobro de impuestos.

Castro comentó que, dada la quiebra técnica de Pemex y el escenario adverso para las finanzas públicas, no es viable seguir inyectando dinero público a la petrolera, razón por la cual el gobierno debe revertir la desconfianza que hay en el sector privado.

Se requiere de reglas claras para que el sector privado entre y primen más decisiones de rentabilidad, y menos las políticas”. Por ello, Castro comentó que el gobierno debe cancelar la construcción de la refinería Dos Bocas.

AMU

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