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Canasta básica digital ayudaría a combatir la desigualdad en AL

2020.08.27

Vía La Jornada

América Latina y el Caribe lograron concretar la conexión a Internet de dos tercios de su población en medio de la contingencia sanitaria por Covid-19. Pese a ello, 40 millones de hogares no tienen acceso a este servicio y con ello 32 millones de niños entre 5 y 12 años no pueden acceder a la teleeducación, reportó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Este panorama hace necesario promover una canasta básica digital para mediar en la desigualdad que arrastra la región, explicó en videoconferencia desde Santiago, Chile. Detalló que dotar a todos los hogares con computadora, tableta, teléfono inteligente y un plan de conexión costaría, al año, menos de uno por ciento del producto interno bruto (PIB) de América Latina. En México sería sólo de 0.5 por ciento.

Con este antecedente y a consulta de la prensa de México, Bárcena destacó como positivo el programa educativo que lanzó el gobierno de este país, en el que se dieron contratos a las principales televisoras privadas del país, para que de la mano de los canales públicos se transmita el ciclo escolar.

No debería ser un año escolar perdido y es lo que está intentando el gobierno de México, subrayó.

Sin embargo, recalcó que es nodal avanzar en el acceso a las tecnologías digitales para reducir otras desigualdades. En el caso del Internet no sólo hay rezago por el nivel de ingresos, también por la ubicación. En el entorno rural 77 por ciento de los hogares no tienen acceso a servicios digitales frente al 33 por ciento de zonas urbanas.

Es 14% de los ingresos de las familias más pobres

En cuanto a ingresos, los datos de México exhiben que 71 por ciento del quintil de hogares con mayores recursos cuenta con una conexión a Internet. Del otro extremo, la quinta parte de la población más pobre se queda en 11 por ciento. Es decir, hay una brecha de casi seis veces frente a la población más beneficiada.

Gran parte de esta disparidad, y que es marca de toda América Latina, se sitúa en lo poco accesibles que resultan estos servicios en términos de costo y que excluye a los hogares de menores recursos, amplió Bárcena.

Por ejemplo, el servicio de banda ancha llega a consumir entre 12 y 14 por ciento de los ingresos de las familias más pobres, esto significa seis veces más que el umbral de 2 por ciento recomendado por la Organización de Naciones Unidas.

Estos costos van de la mano de una demanda creciente. Por ejemplo, el tráfico en sitios web y el uso de aplicaciones de teletrabajo, educación en línea y compras revelan un significativo aumento del uso de soluciones digitales por efecto de la pandemia de Covid-19.

En el caso de México, 17 por ciento de la población puede teletrabajar, menos que el promedio de 21 por ciento de la región. También quedan relegados 4.3 por ciento de los ocupados en empleos que se pueden realizar de manera remota, pero que no lo pueden hacer por el nivel de conectividad del país.

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