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Alertan sobre desafío de la transición digital

El Punto Crítico | 2 de Noviembre 2015

A tan solo setenta días de que se cumpla el plazo establecido en la reciente Reforma Constitucional de Telecomunicaciones y Radiodifusión para que ocurra el cese de las señales analógicas y se dé lugar a la transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), el Senado de la República se encuentra debatiendo la posibilidad de postergar dicha transformación. La justificación de los senadores se centra en que el llamado apagón analógico provocaría la desconexión de millones de mexicanos que quedarían sin acceso al contenido televisivo.

De acuerdo con la especialista Ana Lilia Moreno, investigadora del CIDAC, una adecuada ejecución del proceso del apagón analógico no sólo tiene el potencial de lograr una mayor eficiencia económica en el uso del espectro radioeléctrico sino también la posibilidad de proveer mejores servicios para los consumidores. En este sentido, la obligación gubernamental dirigida a propiciar condiciones de competencia efectiva, adecuadas para generar una mayor y mejor oferta y demanda en el sector no sólo producirá condiciones más atractivas para los posibles concesionarios sino que también incrementará una mayor y mejor calidad de contenidos para los usuarios y audiencias.

No obstante, el retraso del apagón analógico impediría la obtención de los beneficios derivados de este cambio tecnológico. Por un lado, la liberación de la banda de los 700MHz por parte de las televisoras, a fin de que se pueda reasignar de forma más eficiente para la prestación del servicio de banda ancha móvil. Por otro lado, y como consecuencia de esta apertura, la liberación del espectro radioeléctrico podría generar una mayor oferta de contenidos para las audiencias. En este sentido, el retraso del apagón implicaría el postergar la posibilidad de dar un mejor uso al espectro disponible y, por ende, probablemente sería igual a retrasar el progreso y la innovación en el sector de telecomunicaciones en nuestro país.

De acuerdo con el estudio del CIDAC, más allá de pensar que el problema se resuelve postergando un plazo legal establecido a nivel constitucional, se debe considerar la participación y las condiciones de dos actores clave (televidentes y radiodifusores) para determinar si la transición es pertinente, y dimensionar el impacto en los distintos grupos de interés involucrados.

Cronología del apagón analógico

La transición de la televisión analógica a la televisión digital no es nada nuevo, y de hecho, se inició en 2004 cuando el presidente Vicente Fox estableció el año 2021 como fecha límite para este cambio. En este sentido, el gobierno mexicano, a través de instituciones como la COFETEL y el IFT, han tenido más de una década para preparar el terreno para dicha transformación. Es importante notar como el cese de las transmisiones de televisión analógica es un fenómeno que ha tenido lugar en diferentes partes del mundo. De hecho, de los 34 países miembro de la OCDE, México es uno de los cuatro que no ha realizado la transición a la TDT, lo cual ha inhibido la entrada de nuevos competidores al mercado de contenidos.

El conjunto de frecuencias que quedarían disponibles con el cambio de tecnología y que antes eran ocupadas por las señales analógicas de televisión representa una oportunidad para que a un bien valioso y escaso como es el espectro se le dé un mejor uso y que se puedan desarrollar nuevos mercados en los que impere una competencia efectiva que beneficiaría a millones de consumidores. Este hecho, conocido como “dividendo digital” equivale a un ahorro o ganancia derivada del cambio tecnológico que se traduce en valor económico. Desde esa óptica, el costo de no cambiar tecnológicamente implica el sacrificio económico y social de no poder atraer inversión capaz de generar escenarios que propicien la entrada de más jugadores que a su vez puedan ofrecer distintos contenidos a través de la multiprogramación. Además, pondría en entredicho uno de los aspectos más relevantes de la reforma constitucional que ordena la instalación de la red pública compartida de telecomunicaciones, a fin de garantizar el uso eficiente del espectro radioeléctrico, la competencia y el acceso efectivo a servicios de banda ancha.
Ahora bien, de acuerdo con la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, para que el IFT decrete el cese de señales analógicas, se deben de cumplir dos condiciones: en primer lugar, que se alcance un nivel de penetración mínimo de 90% con receptores aptos en hogares de escasos recursos –padrón previamente definido por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL). En segundo lugar, que los radiodifusores que ofrezcan las señales digitales en cada área de cobertura estén listos tecnológicamente para proveer los contenidos a las audiencias.

Los televidentes

La televisión abierta tiene en México una penetración del 97% y es el principal medio de comunicación por el que a diario se informan y entretienen millones de mexicanos. Sin embargo, el desconocimiento de la población sobre la televisión digital es alto. En 2012-2013, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 8 ciudades del norte del país -la región con mayor penetración de televisores digitales- 28% de los encuestados declararon no haber escuchado sobre la televisión digital, y en el caso de haber escuchado, declararon que sus fuentes de información no son instancias oficiales.

México continúa siendo un mercado cuyos consumidores siguen contando con receptores analógicos. Según cifras del INEGI, 12,981,950 de hogares -que equivalen a 49,333,058 habitantes- dependen de la televisión analógica, muchos de ellos ubicados en zonas de alta marginación. De acuerdo con estudios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la baja penetración de los televisores digitales en estos hogares se debe principalmente a su bajo poder adquisitivo y a su limitado acceso a sistemas de financiamiento. De ahí que la política pública se enfocó en atender vía la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) a las entidades federativas con mayor número de hogares con alto potencial de afectación. Dichas entidades son: Estado de México, Veracruz, Chiapas, Distrito Federal, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Es importante mencionar que, según la experiencia internacional, un 10% de hogares desconectados de la TDT en el proceso de migración es un margen razonable, ya que no sólo ha incluido a la población que no alcanzó obtener receptores, sino también a un segmento que no desea migrar y elige informarse por otros medios. En este sentido, el margen de aproximadamente 3 millones de personas que no recibirán receptores y que el gobierno estimó –calculado como la diferencia entre la población potencialmente afectada y las metas de distribución de receptores – coincide con los porcentajes razonables según los estándares mundialmente aceptados.

Autoridades de IFT y SCT han declarado que están en tiempo para cumplir con sus obligaciones y con las metas de repartición de televisores y decodificadores que permitan la transición digital. Según datos de la SCT, al 30 de junio de este año, el gobierno ha entregado 3, 514,759 televisores a hogares de escasos recursos en más de 700 municipios de 25 entidades federativas. No obstante, de acuerdo a las cifras más recientes del INEGI (con datos de 2014), aproximadamente el 70.2% de los hogares cuenta con televisor analógico, y sólo la tercera parte de ese conjunto tiene suscripción a televisión de paga, factor que disminuye sustancialmente la posibilidad de desconexión durante el apagón analógico. Es decir, la cantidad de hogares que únicamente contaba con un televisor analógico era lo suficientemente grande para poner en duda si el objetivo de repartición de equipos digitales que permitan las condiciones del apagón analógico se cumpliría para diciembre de 2015. En este sentido, es importante dar seguimiento a los programas de repartición de televisores de la SCT, para analizar el avance del programa y determinar si el objetivo de cobertura del 90% de los hogares se alcanzará en el plazo establecido por la reforma constitucional.

El desafío de la transición digital será garantizar el acceso a la TDT de aquellos hogares menos aventajados, de forma que no queden excluidos de la transmisión de los contenidos.

Los Radiodifusores

Entre los posibles beneficios de la transición a la TDT se encuentra la entrada de nuevos jugadores al mercado de la televisión abierta a través de la licitación de frecuencias para nuevos canales de televisión, y de la multiprogramación, que es la distribución de más de un canal digital por la porción de espectro por la que se transmite un solo canal analógico. La transición permitirá fragmentar las audiencias, quienes demandarían más y diferentes contenidos, lo que resultaría en oportunidades nuevas también para los anunciantes. En el futuro se podría observar cómo las ofertas publicitarias se van refinando en respuesta a un mayor conocimiento y satisfacción de públicos de diversos nichos. No obstante, el mercado de la publicidad actual privilegia el mercado televisivo, lo que puede representar una resistencia a la innovación y transición a nuevos esquemas digitales. Tan sólo para 2014, la inversión total en publicidad sumó cerca de 5 mil 150 millones de dólares, de los cuales 65% se destinaron a publicidad en televisión.

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Gerardo Soria Gutiérrez Es abogado y consultor en derecho especializado en telecomunicaciones de México. Licenciado en Derecho, summa cum laude, por la Universidad Iberoamericana...