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Una dosis de realidad para Trump

En los meses recientes se acostumbró a utilizar el desempeño del mercado accionario de Nueva York como un indicador de lo exitoso que estaba siendo su administración.

2018-02-06

El viernes pasado y ayer el mercado bursátil de los Estados Unidos le dio una dosis de realidad al presidente Donald Trump, que en los meses recientes se acostumbró a utilizar el desempeño del mercado accionario de Nueva York como un indicador de lo exitoso que estaba siendo su administración. Sin embargo, las sesiones del viernes 2 de febrero y la del 5 de febrero que tuvieron desempeño negativo, acumularon una pérdida de 7% en el índice Promedio Industrial Dow Jones, un referente histórico de la Bolsa de Nueva York.

Un dato que no puede pasarse por alto es que el volumen de acciones que fue objeto de transacciones en la sesión del lunes estuvo por encima de los 714 millones de acciones, el segundo dato más alto en los últimos 34 años, sólo superado por el volumen de acciones que cambiaron de manos en la sesión del viernes 10 de octubre del 2008, la última sesión de aquella fatídica semana en la que la Bolsa de Nueva York perdió alrededor de 22 por ciento.

 Desde hace varios meses, diversos analistas han advertido que el mercado accionario de Nueva York se encuentra sobrevaluado y que hay que tener cuidado porque podría darse un ajuste importante en cualquier momento. Es verdad que las condiciones de los mercados financieros son muy distintas que las de hace 10 años, el panorama no pinta catastrófico como en aquel entonces, pero es un hecho que los fundamentales de la economía de los Estados Unidos están lejos de lo que Donald Trump ha pretendido vender a los norteamericanos y al mundo en el año que lleva al frente de la Casa Blanca.

Ayer por ejemplo, en su columna en el New York Times, Paul Krugman mencionó que, en su opinión, el PIB de los Estados Unidos crecerá en promedio en los próximos 10 años a una tasa de apenas 1.5%, la mitad de la tasa que Trump y los republicanos presumieron que se lograría con la reciente reforma fiscal aprobada en el Congreso de ese país.

Aunque el desempeño de los mercados accionarios en realidad dicen poco sobre la prospectiva de una economía, los ajustes abruptos como el que hemos visto en estos días son un signo del nerviosismo de los inversionistas, que en parte está asociado con la incertidumbre. Ojalá que esta sacudida sirva para que Trump se convenza pronto de que sus políticas económicas son en realidad un desastre, una receta para una crisis importante hacia delante que requiere un cambio de visión. La política de comercio exterior de los Estados Unidos no puede quedar fuera de este ajuste. Esperemos que haya cordura, ausente hasta ahora en la Casa Blanca, para recomponer en parte el camino, y por tanto, la prospectiva para los próximos años.

LA SEPARACIÓN FUNCIONAL DE TELMEX

De acuerdo con los plazos que se autoimpuso el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) con relación a la separación funcional de Telmex, en función de lo previsto en el decreto de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y competencia económica y de la correspondiente Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, se estima que en los próximos días esté por adoptarse la decisión final del órgano regulador. Durante este año que ha transcurrido desde que se anunció la medida, se sabe que el IFT y el Preponderante han sostenido un proceso de negociación para encontrar la mejor arquitectura posible para esa separación funcional. Ojalá que la decisión final se convierta en un instrumento que sirva para consolidar la competencia en el sector telecomunicaciones.

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