La semana pasada el presidente de la República remitió al Congreso de la Unión el paquete de iniciativas por las que se expide el marco legal que reglamenta la reforma constitucional en materia energética aprobada por el constituyente permanente a principios del presente año.
Se trata de un paquete de nueve iniciativas por las que se expiden nueve leyes nuevas y se reforman 12 leyes que hoy se encuentran en vigor. Los marcos legales de nueva creación que propone el presidente Peña son: Ley de Hidrocarburos, Ley de la Industria Eléctrica, Ley de Órganos Reguladores Coordinados, Ley de Petróleos Mexicanos, Ley de la Comisión Federal de Electricidad, Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial, Ley de Energía Geotérmica, Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos y Ley del Fondo Mexicano del Petróleo.
A reserva de entrar al detalle de estas iniciativas, que incluyen desde luego las modificaciones a otras 12 leyes, lo primero que hay que destacar es el esfuerzo realizado por las secretarías de Energía y de Hacienda y Crédito Público, para integrar un amplio paquete de información relativo al contenido de este paquete de iniciativas.
Por ejemplo, el sitio de Internet de la Secretaría de Energía dedica un espacio especial y destacado a presentar información amplia sobre el tema (www.energia.gob.mx/webSener/leyes_Secundarias/). En esa sección, quien esté interesado en este importante paquete podrá encontrar las iniciativas, una explicación de lo que se busca lograr con las mismas e incluso una explicación sobre el proceso legislativo que habrá de seguirse para la eventual aprobación de este importante conjunto de iniciativas de legislación secundaria.
De la misma forma, basta leer la exposición de motivos de cada una de las iniciativas para encontrar una explicación consistente sobre los objetivos que se busca alcanzar con éstas, lo que además es plenamente congruente con la reforma constitucional en la materia.
Esa ha sido la tónica con la que la administración del presidente Peña se ha conducido en cada una de las reformas que ha remitido al Congreso. Por ello, aquellos que cuestionan la supuesta falta de explicaciones del Ejecutivo federal sobre esta reforma o las otras, o la falta de debate en torno a las mismas, es porque simplemente han estado ocupados en otras cuestiones y no se han dado cuenta que la información relativa a lo que se pretende con cada una de éstas siempre ha existido.
Es muy válido que la gente exija más información sobre cualquier tema que es objeto de discusión pública y, en particular, sobre los que implican cambios de gran calado y que se pretende tengan un efecto importante sobre el destino de nuestro país. Lo que no puede aceptarse es que haya medios que se sumen a la denuncia de que no existe información suficiente o que no hay debate suficiente, y al mismo tiempo difundan notas que desinforman en forma por demás preocupante sobre el contenido de las iniciativas, como lo hizo en estos días el semanario Proceso. México y los mexicanos se merecen un debate de altura y que los medios difundan con responsabilidad un análisis serio del contenido de las iniciativas. No se vale seguir apostando a la intriga que divide y polariza a nuestra sociedad.
*El autor es senador de la República.
