2018-06-29
Hace una semana escribía en este espacio acerca de la autorización que dio un juez de Distrito en Estados Unidos para la compra que hizo ATT de Time Warner por un monto de 85.4 billones de dólares.
También señalé que este tipo de transacciones cada vez son más lógicas y se dan con mayor frecuencia en el mercado. Empresas líderes de telecomunicaciones se fusionan con empresas líderes en la generación de contenidos audiovisuales. Es cada vez más común que los dueños de la infraestructura y los fierros (ATT), quieran sus propios contenidos (Time Warner). Otro caso, también conocido, es la intención que tienen Disney y Comcast de comprar una parte de Twenty-First Century Fox.
En una consolidación un tanto distinta, por tratarse de dos operadores móviles en el mercado estadounidense, el pasado 18 de junio se formalizó, ante el regulador de ese país, la FCC, la solicitud de T-Mobile para fusionarse con Sprint.
Esta última transacción lleva años en el tintero, pero finalmente se pusieron de acuerdo ambas empresas para una operación con valor de 26 billones de dólares. Hay que decir que T-Mobile, sumada con Sprint, tendrían un total de 126 millones de suscriptores. Con esto ya le pueden dar más batalla a ATT y Verizon, que tienen 141 y 150 millones, respectivamente.
En el mercado móvil mexicano hay que recordar que ATT entró después de la adquisición de Iusacell y Nextel México. Con estos ejemplos queda claro que la compra o fusión de empresas es una estrategia natural, a efecto de consolidar el mercado y poder competir entre ellas.
En otro tema. Alguien está aconsejando mal a la empresa Roku, y es que después de que la venta de sus dispositivos fuera suspendida en México, por permitir la violación a derechos de autor, han convertido una estrategia de relaciones públicas en un pésimo manejo de crisis.
Primero, se reconoció que sus dispositivos eran usados por piratas; sin embargo, después acusaron que las medidas impuestas por las autoridades eran ilegales e inconstitucionales. Y ahora, en lo que parece ser un intento de presión para volver a las tiendas, presumen que sus esfuerzos para combatir la piratería han logrado que su dispositivo cuente con 92% de contenido legal. No se puede presumir, ni aplaudir, que ahora sólo se tiene un problema de 8% de piratería.
Ese 8% mina la competencia leal en el país, perjudica a toda la industria de contenidos, y, sobre todo, pone en riesgo la seguridad de los consumidores. Así que aguantemos los aplausos hasta que la empresa asuma seriamente su responsabilidad y erradique al 100% su problema.
